miércoles, 23 de febrero de 2011
HISTORIA DEL CARNAVAL EN CABEZO DE TORRES
Monumento al Carnaval, jardín de la Constitución de Cabezo de Torres./ JUAN VIVANCOS ANTÓN
Una de las características propias que mejor definen a Cabezo de Torres y a sus gentes es su Carnaval. A finales del S. XIX los habitantes estas tierras ya festejaban la proximidad de la cuaresma con disfraces y máscaras. La primera documentación sobre nuestro carnaval está fechada en el año 1878, por lo que se considera a Cabezo de Torres “Cuna del carnaval en la Región de Murcia”.
Por aquel entonces el carnaval consistía en la salida a la calle de las “máscaras”. Nuestros antepasados, la gente más humilde, vestidos con ropa vieja, o del sexo opuesto, con la cara oculta tras un trapo con agujeros para poder ver, paseaban individualmente o en pequeños grupos por las principales calles de la localidad. Las máscaras llevaban paja molida y polvos de talco, para verterlos sobre las vestiduras de aquellos con quienes se cruzaban. Seguidamente les limpiaban con unos golpes propinados con un “esposador del polvo” o con un cepillo, haciendo grandes aspavientos. Eran las bromas que se gastaban a los vecinos e incluso a los foráneos que se acercaban ávidos de curiosidad por contemplar lo que aquí acontecía y que más tarde, ya en sus lugares de origen, contaban a sus familiares y amigos que a su vez hacían por venir al día siguiente.
Máscaras a principios de los años 60. COLECCIÓN PARTICULAR DE JUAN VIVANCOS ANTÓN.
“Los mozos de Cabezo, escribía en 1975 D. Teodoro Rojo, han gustado siempre de los disfraces. Cualquier tiempo era bueno para disfrazarse. No hacía falta esperar la llegada de los tradicionales días del carnaval.
Con motivo de los Inocentes, cada 28 de diciembre, se disfrazaban algunos de los Auroros para pedir por las casas unas limosnas para las Ánimas. Era una tradición que venía de muy antiguo.
Cuatro cosas eran esenciales a los disfraces de los “inocentes”. Que el disfraz tuviese vivos colores. Un gorro, cuanto más llamativo mejor. Una escoba. Y una bolsa para recoger las limosnas, que, ordinariamente, llevaba uno de ellos.
Los disfrazados, hacía cabriolas, amenazaban a la gente con las escobas para que les diesen limosnas, asaltaban las casas hasta conseguir un buen donativo, etc. El pueblo seguía con curiosidad la marcha de estos “inocentes” disfrazados, y dado el buen humor reinante, dicen los viejos que se conseguía mucho dinero para decir misas por las Ánimas.
Pero no hacía falta que los días fueran señalados para que los del Cabezo de vistieran de máscaras. A finales de siglo pasado y principios del actual era muy común ver máscaras un día cualquiera.
Los rasgos de humor y de ingenio solían brotar espontáneamente en estas ocasiones”.
A principio del siglo XX D. José Sabater Ortega, más conocido en nuestro pueblo por “el Cano de la Harinilla”, en su oficio de carretero iba con frecuencia a Torrevieja para traer sal para el ganado. Allí presenció una murga y una comparsa, manifestaciones traídas por los marinos desde Brasil y Cuba. A José le llamó la atención la uniformidad de la indumentaria que lucían, así como la crítica que reflejan en la letrilla de sus coplas, en donde recogían los sucesos más relevantes del año, todo ello acompañado de tonalidades musicales fáciles y pegadizas como el pasodoble.
José regresó a Cabezo de Torres entusiasmado con todo lo que había presenciado y lo puso en conocimiento de sus amigos más íntimos, comentándolo con el salero, que los que le han conocido y tratado, dicen que ponía en cualquier cosa que despertara en él su atención. Aquellos amigos eran: Mariano y Francisco “el Casildo”, Pepe Ramón “del Cine”, Salvador “de la Borrega”, Gregorio, Pepe y Juan “Mellaos”, Pepe “de Joaquín”, Paco “el Lanas”.
Se ponen de acuerdo y componen la primera “Comparsa musical” en el Carnaval del año 1910. Cada uno de los integrantes aportaba un “perrogordo” para la compra de vino y cascaruja, que consumen después de los ensayos, los que hacen en una casa apartada, pues debe de ser secreto el contenido de la comparsa, con el fin de que nadie tenga ni idea de que van a salir. La indumentaria la confeccionan ellos mismos a base de muselinas y papel de seda rizados. Componen la música y la letra, que solía ser crítica y picaresca, la que ejecutan con pitos que ellos se fabrican con cañas y papel de fumar; el bombo lo hicieron con dos arcos de garbillo viejos entrelazados con tablas y forrado de paño rojo chillón. Complementaban la representación con números de títeres, pero en plan broma: como pasar por el alambre, pero este tendido en el suelo y otros ejercicios de características similares que arrancaban las carcajadas de los espectadores. A veces contrataban una banda para que les acompañara en el desfile.
Desde 1910 hasta 1936 van creciendo los grupos participantes en el carnaval de Cabezo de Torres: Felipe “el Cura”, “los Mujeretas” y algunos más. Las comparsas aparecen y desaparecen periódicamente, manteniéndose siempre las máscaras.
Durante la Guerra Civil Española el carnaval perdió bastante, ya que no había ni qué comer y los mozos estaban movilizados.
En 1939, al concluir la contienda bélica, se prohíben expresamente los disfraces, siendo perseguidos por las fuerzas de la Guardia Civil. La prohibición, lejos de disuadir a los vecinos de Cabezo de Torres, les incita a seguir con esta actividad que se intensifica sobre todo en las calles General Torres y Salzillo del barrio de Los Palacios. Los jóvenes salen a la calle vestidos de máscara y cuando hace acto de presencia la Guardia Civil, los disfrazados eran escondidos en el interior de las casas de los vecinos del barrio. Al retirarse la Guardia Civil, la fiesta volvía a salir a la calle.
En el año 1947 los jóvenes componentes de la Banda de Música de Cabezo de Torres, con edades comprendidas entre los 14 a 18 años, y bajo la dirección de D. Vicente Herrero, vuelve a salir a la calle una comparsas musical que se denominaba “Los Enamorados Presumidos” que interpretaban la música compuesta por el propio D. Vicente y con letra de Francisco Mompeán. Los ensayos comenzaban en la semana siguiente al día de Reyes, dos o tres veces por semana, normalmente después del ensayo se hacía convite y baile, con lo que se conseguía evitar las ausencias.
Durante tres o cuatro años se montan algunas comparsas, que previa autorización gubernativa, se presentaban en el Cine Sabater, pagando una entrada módica cuya recaudación iba destinada a beneficencia.
Aburridos por la persecución a que fueron sometidos por las autoridades, en 1952 vuelven a extinguirse las comparsas musicales, quedando las máscaras donde la imaginación no era muy necesaria.
Máscaras hacia 1964. COLECCIÓN PARTICULAR DE JUAN VIVANCOS.
Durante casi dos décadas Las Máscaras se divertían con juegos poco finos y de gusto escaso pues poco a poco van cambiando los polvos de talco y los cepillos por cámaras de bicicleta con las cuales gastaban las bromas más pesadas al emplearlas para dar palos, eso sí, a conocidos y familiares al principio, a todos más tarde, excepto a las mujeres y niños, en lugares siempre apartados del cuartel de la Guardia Civil, normalmente en el barrio de Los Palacios, sobre todo en las calles Salzillo y General Torres.
La indumentaria de Las Máscaras sigue siendo el mismo de antaño, excepto la proliferación de caretas de cartón para cubrir el rostro.
Al mismo tiempo aparecen “los disfraces” realizado con tejidos de más calidad, más elaborados y de buena sastrería, que lucen los niños de familias pudientes. Estos disfraces son paseados orgullosos por sus afortunados propietarios despertando la admiración de todos.
En 1968 se forma el grupo “Los Criticones” formado por gente de la Tercera Edad, al que se fueron sumando hijos y nietos para llegar hasta nuestros días. Esta comparsa fue la primera en introducir mujeres entre sus componentes, si bien con anterioridad se había formado pequeños grupos femeninos vestidos con cierta uniformidad.
Fotografía fechada en febrero de 1966. CEDIDA POR RESTAURANTE ROMERO.
A principios de la década de los años 70, las diferentes “Comisiones de Fiestas Patronales” de Cabezo de Torres son decisivas, pues participan en el Carnaval y continúan haciéndolo en los años siguientes, aumentando el número de grupos y la calidad de los disfraces, la música y las letras por la gran rivalidad existente entre los mismos.
La música de estos grupos la ponían diferentes bandas como Los Claveles y El Empastre. La letrilla de las canciones era lago que todos esperaban pues siempre giraban sobre temas de la actualidad local desde un punto crítico, sátiro y jocoso. Los espectadores intentaban hacerse con una copia impresa que se repartía.
Desde entonces se pudo apreciar una de las señas de identidad del carnaval de Cabezo de Torres que era la participación de los espectadores durante el desfile, saliendo a bailar o siendo objeto de las bromas.
A mitad de la citada década, hemos de mencionar al Centro Juvenil Salesiano, que supervisado por el salesiano D. Alberto Serrano, sus casi 300 socios realizan bailes y concursos de disfraces. También participan en los desfiles.
Socios del Centro Juvenil Salesiano de Cabezo de Torres hacia 1975./ COLECCIÓN PARTICULAR DE JUAN VIVANCOS ANTÓN.
En 1979 el Centro Juvenil Salesiano forma el grupo “Mala Pata”. Más de ochenta chicos y chicas, disfrazados de piratas con barco incluido, son los primeros en acoplar un equipo de música al no poder pagar el precio de una banda de música.
Grupo Malapata del Centro Juvenil Salesiano en el año 1979. COLECCIÓN PARTICULAR DE JUAN VIVANCOS ANTÓN.
En los años sucesivos van creándose nuevos grupos de carnaval, formados en su mayoría por gente muy joven, aumentando sustancialmente el número de participantes y el de visitantes que se acercaban para contemplar el espectáculo único en nuestro entorno, pues entonces sólo se celebraba el carnaval en Águilas.
Estos nuevos grupos con pocas posibilidades económicas se procuran un vehículo y sobre él instalan equipos de sonido alquilados. De esta manera consiguen que la fiesta y la marcha se prolongue hasta que el cuerpo aguante, pues las comparsas al concluir el desfile que discurre por las principales avenidas y calles de la localidad, colocan sus vehículos con la música ante los bares y cafeterías en donde el baile se convierte en el nexo de unión entre espectadores y participantes.
Algunos de aquellos grupos de carnaval han llegado a nuestros días. Unos mantienen la mayor parte de sus fundadores, con 40 años más, en otros grupos son los hijos y nietos los que desfilan hoy en día. Como es natural algunos grupos fueron desapareciendo mientras se creaban otros nuevos.
Este aumento de personal implicado en la fiesta lleva a crear la “Supercomisión del Carnaval” formada por dos representantes de cada grupo que se reúnen para estudiar la manera de organizar los desfiles para su mejor lucimiento. En la actualidad sigue existiendo esta organización con el nombre de “Asociación de Carnaval de Cabezo de Torres”.
Al hablar de Cabezo de Torres y sus Carnavales no se nos puede olvidar recordar a José Rabadán Moreno, más conocido por todos como Pepe “El Mislán”, también escrito “Mislam”. Su muerte de forma trágica, en el Carnaval de 1982, dejó un vacío en esta fiesta no cubierto al día de hoy de forma individual.
José vivía todo el año por y para el Carnaval, ideando para cada uno de los desfiles el traje más original, elaborado y vistoso que jamás hubiésemos visto en el pueblo, y cosa difícil, lo conseguía año tras año.
En su elaboración, José, siempre empleaba materiales de las más diversas procedencias, de un costo bajo, lo que demuestra que para conseguir un efecto sorprendente y llamativo, lo que se requiere es una gran imaginación y no precisamente un desembolso económico alto. Toda la gente del pueblo esperaba impaciente la llegada del Carnaval con el ansia de descubrir y disfrutar del nuevo disfraz del Mislán.
Cartel del Carnaval 2011 en homenaje a "El Mislán". Obra de Cristina Franco./ JUAN VIVANCOS
En los años 90 del siglo pasado se añadió otro día de carnaval, el sábado siguiente, quedando hasta la actualidad cuatro días de desfile.
Así hemos llegado a nuestros días en donde desfilan más de 30 grupos o comparsas que suman un total de más de 2000 miembros, lo que puede dar una idea de lo que aquí acontece durante los días de carnaval.
En nuestro Carnaval tienen cabida todo tipo de grupos: mixtos, masculinos y femeninos. La mayoría de los componentes son de Cabezo de Torres, aunque también hay algunos que vienen de las pedanías y municipios cercanos.
Los grupos masculinos suelen vestir trajes menos elaborados y casi siempre con un trasfondo de crítica y jocosidad. Los grupos femeninos ponen su intención en la espectacularidad de los trajes que les permite lucir el palmito entre plumas y lentejuelas. Los grupos mixtos suelen inclinarse también por la segunda opción, aunque no siempre es así.
Respecto a las letrillas tan famosas en otros tiempos, los grupos actuales apenas publican alguna en contadas ocasiones.
El Carnaval de Cabezo de Torres no sólo ha crecido en el número de grupos, de participantes, y de días de desfile como se ha explicado; también se han multiplicado las actividades carnavaleras.
Con el tiempo se han instaurado entre otros actos: la Cena de Convivencia de los Grupos de Carnaval, sobrepasando en alguna ocasión los 2000 asistentes, y durante la cual se celebra la Elección de la Musa del Carnaval. La presentación del Cartel Anunciador del Carnaval, que se suele realizar en la capital. El Pregón de Carnaval que ha contado con famosos periodistas, políticos, toreros. La Gala de Entrega de Premios del Carnaval al mejor grupo, coreografía, maqullaje, etc…
Musa del Carnaval de Cabezo de Torres en 2009./ JUAN VIVANCOS ANTÓN
El desfile se realiza por las principales calles y avenidas del pueblo ganando en vistosidad. Antes el desfile partía desde el patio del colegio público Rubio Gomaríz (junto a la biblioteca pública) pero al quedar pequeño se decidió que el desfile partiese desde la Avda. de Murcia en su linde con la vecina pedanía de Churra. También se ha ampliado el recorrido para que puedan entrar en el mismo todos los grupos y se colocan luces especiales para poder disfrutar de todo el esplendor de los trajes y las elaboradas coreografías.
A todo esto hemos de sumar los cerca de 2000 niños de los 5 colegios de la localidad (Las Lágrimas, Rubio Gomariz, María Auxiliadora, Salesianos y Antonio de Nebrija) que efectúan el desfile infantil de carnaval el viernes anterior a los desfiles de los mayores.
Desfile infantil de carnaval 2006. JUAN VIVANCOS ANTÓN
Muchos de estos niños vuelven a disfrazarse el domingo de carnaval para participar en la concentración infantil que se celebra en la plaza de la Iglesia Parroquial de nuestro pueblo donde se les hace entrega de pequeños obsequios donados por la Junta Municipal de Cabezo de Torres.
Varias comparsas de los adultos llevan abriendo el desfile con un ramillete de niños que intentan seguir el ritmo de los mayores bajo la atenta mirada de las madres y demás familiares.
La masiva participación infantil en el Carnaval hace que auguremos un futuro halagüeño a esta fiesta tan particular de Cabezo de Torres.
Desde hace algunos años Jesús Guillamón se encarga de recoger con su vidocámara los desfiles del carnaval para luego transmitirlos por el Video Comunitario lo que hace que las personas ancianas, enfermas o impedidas de nuestro pueblo y alrededores puedan disfrutar en sus hogares del carnaval.
Muy importante es la labor que realiza también Miguel Ángel Cánovas que todos los años recoge con su vidocámara todos los actos del carnaval de Cabezo de Torres y luego edita cada año un DVD con un resumen de los mismos. La colección de estos DVD son, sin lugar a dudas, uno de los más importantes trabajos de archivo y difusión realizados sobre nuestro carnaval.
En el año 2003 se instaló en el Jardín de la Constitución de Cabezo de Torres una escultura alusiva a su Carnaval. La obra es de Miguel Llamas, autor entre otros de la Sardina que hay en el cauce del Río Segura, a su paso por la capital, en homenaje a la fiesta del Entierro de la Sardina.
El carnaval de Cabezo de Torres sigue evolucionando, y podemos señalar que el pasado año 2010 tuvieron lugar dos actos nuevos: En septiembre, coincidiendo con las Fiestas Patronales, el sábado día 11 se celebró el llamado “Medio Año de Carnaval” en donde casi todos los grupos salieron a la calle a participar en un desfile que terminó con un gran baile en el recinto de fiestas. El día 7 de diciembre se presentó al público la primera chirigota del carnaval de Cabezo de Torres.
En este año de 2011 se rinde homenaje a José Rabadán “El Mislán”, siendo el motivo del cartel anunciador, obra de la artista Cristina Franco que es natural de Cabezo de Torres. Además se instaura el premio de carnaval “Mislán”.
El Carnaval de Cabezo de Torres ha sido declarado «Fiesta de Interés Turístico Regional» por la Orden del 3 de julio de 1986.
Todo lo expuesto anteriormente es un breve resumen de la historia del Carnaval de Cabezo de Torres, pero si de veras deseas saber cómo es en realidad, nada mejor que acercarte a nuestro pueblo durante esos días para vivir, para participar, para disfrutar de la hospitalidad y la alegría de sus gentes.
Juan Vivancos Antón.
CRONISTA OFICIAL DE CABEZO DE TORRES.
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