jueves, 14 de febrero de 2013
ORIGEN DE LA FESTIVIDAD DE SAN VALENTÍN
© Juan Vivancos Antón
San Valentín
Probablemente la fiesta proceda de la celebración romana de las
Lupercalis (15 de febrero) en que se honraba a Luperco, dios ítalo de los
pastores. Su propósito inicial era el de asegurar la fertilidad de los campos y
los rebaños.
Lo
primero que nos llama la atención es que, al parecer, hubo dos Valentines
distintos. Uno de ellos fue un sacerdote de Roma en tiempos del emperador
romano Claudio II, conocido con el apodo de “el Gótico” por su victoria sobre
los godos, y que reinó entre los años 268 al 270. Entonces la religión
cristiana estaba perseguida y Valentín fue encarcelado para ser sometido a
tormento pero nadie contaba con un milagro. Cuando fue llevado ante Asterius
que era el lugarteniente del prefecto de Roma, éste se mofó de la religión
cristiana y puso a prueba a Valentín. Bajo un tono de burla, le preguntó si
sería capaz de devolver la vista a su hija Julia que era ciega de nacimiento.
Valentín aceptó y en nombre del Señor obró el prodigio. Asterius y toda su
familia se convirtieron al cristianismo. Según dicen las crónicas Valentín no
se salvó del martirio, ya que temiendo una rebelión del ejército romano y de
los paganos, el emperador lo mandó degollar el 11 de febrero del año 280 por lo que no pudo ser durante el reinado de
Claudio II, así que tuvo que existir otro San Valentín. Cuenta una leyenda que Julia plantó un Almendro de flores rosadas junto
a su tumba en la que es hoy Iglesia de Práxedes en Roma. El almendro hoy es considerado como un símbolo de amor y amistad
duraderos.
El
otro Valentín pudo ser un taumaturgo que vivía en la ciudad italiana de Terni y
que fue arrestado por orden del prefecto Plácido y luego decapitado el día 14
de febrero del año 270. El papa Julio I (años 337-352) erigió una Basílica
junto al lugar de su martirio y de su sepultura no muy lejos de la Vía Flaminia
en Terni.
Posteriormente
las dos figuras se han confundido en la leyenda hasta dar origen a un solo
Valentín que la voz popular ha convertido
en patrón de los enamorados tal
vez por el hecho de que uno de ellos se dedicaba a unir parejas de jóvenes que
acudían a él como última esperanza.
En
la reforma del calendario litúrgico de 1970, la fiesta dedicada a San Valentín
fue suprimida del calendario universal por ser poco significativa para la
Iglesia, sin embargo la supresión no ha tenido ningún efecto puesto que en
todos los calendarios siguen registrando su nombre.
San Valentín goza de mucha popularidad sobre todo en los países de
habla inglesa en cuya literatura abundan las referencias al 14 de febrero como
día sagrado para los amantes. Incluso Shakespeare hace referencia a San
Valentín en “Hamlet”. Tal vez influya decisivamente la creencia europea de que
las aves se ocupan del apareamiento y empiezan a construir sus nidos en esa
fecha. En 1537 el rey Enrique III de Inglaterra estableció por Real Decreto que
el día de San Valentín fuese dedicado a los enamorados.
A mediados del siglo XVII se extendió la costumbre de enviar
tarjetas de corazones que hoy en día los grandes centros comerciales aprovechan
para hacer del 14 de febrero un gran día de consumismo explotando al máximo la
costumbre de enviar tarjetas de felicitación u ofrecer algún regalo a la pareja
elegida en prueba de amor.
NOTA: Artículo
publicado en el libro “Cabezo de Torres 2006. Crónicas de un año
extraordinario”, de Juan Vivanco Antón, en las páginas
43-44
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