lunes, 22 de marzo de 2010

CÁNTARO






CÁNTARO

Pocas veces nos paramos a pensar en los vocablos, si no más importantes, si más usuales en nuestras conversaciones. “Cántaro” es uno de ellos, aunque a primera vista pudiese parecer que está cayendo en desuso, pero para los socios y amigos de la Peña Huertana “El Cántaro”, de Cabezo de Torres, ésta es una palabra muy importante en sus pensamientos y comunicaciones. Esta es la razón de ser de este texto que pretende abrir una ventana por la que poder asomarse al gran mundo del cántaro.
En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontramos la definición de cántaro: (Del gr. k§nqaroj , a través del lat. cantharus. ) m. Vasija grande de barro o metal, angosta de boca, ancha por la barriga y estrecha por el pie y por lo común con una o dos asas.
Otras definiciones de cántaro son: 1/Todo el líquido que cabe en un cántaro. 2/ Medida de vino, de diferente cabida según las varias regiones de España. 3/Arquilla, cajón o vasija en que se echan las bolas o cédulas para hacer sorteos.
También tenemos las expresiones: “a cántaros” que significa: en abundancia, con mucha fuerza. Y entrar en cántaro que es entrar, o estar, en suerte para algún oficio u otro efecto. Jarieta es un nombre árabe de mujer que significa: "cántaro de barro".
A la definición de cántaro podemos añadir que es un recipiente para la contención y acarreo con fines domésticos de sólidos y líquidos principalmente: agua, vino, miel… No están pensados para beber lo que les diferencia de sus parientes para agua: botijos, botijones, botijas, cantarillas, cantimploras y barriles de campo.
A pesar de la utilidad común, del cántaro, según su procedencia se han denominado de diferentes modos por las gentes del lugar: Cántaro se le llama de forma generalizada en Castilla León, Castilla la Mancha, Extremadura, Murcia y Andalucía. Canti en Cataluña. Barbón en Asturias. Bernegal en las Islas Canarias para ir a por agua. Ola y también Sella en Galicia. Gerre en las Islas Baleares. Pedarra en el País Vasco. Penada faruca en Asturias.
Una vez bien definida la palabra cántaro, podemos jugar a encontrar otras palabras formadas con las letras de cántaro: acá, ácaro, acto, actor, Ana, áncora, ano, anota, antro, arco, aro, ataco, átona, atraco, atracón, atranco, can, cano, canto, cantor, cantora, caro, carta, cato, cartón, con, contar, contra, Corán, corta, cota, nácar, nao, nato, no, nota, notar, oca, ora, orca, otra, rana, rata, rato, ratón, roca, ron, ronca, rota, tac, taco, tan, tao, tara, toar, toca, tocar, ton, tonca, torca, torna, traca, tranco… y otras muchas que seguro os vendrán a la mente a poco que os lo propongáis.
En algunos lugares se prefiere jugar literalmente con un cántaro. El “Juego del cántaro” consiste en lanzar un cántaro vacío de jugador a jugador, entre los cuales habrá una cierta distancia, procurando que el cántaro no caiga al suelo. Se pretende que dure el mayor tiempo posible, una vez roto el cántaro se comenzará de nuevo con otro. Aquel que rompía el cántaro era manteado por el resto de los participantes.
Pero no nos tomemos a juego el cántaro. En algunas regiones de España se mantiene la tradición del “Cántaro de novia”, así llamado por ofrecérselo los mozos a sus novias en señal de compromiso, ya que ello implicaba que la moza pronto cambiaría el destino del agua porteada, desde la fuente a casa de sus padres, para llevarla a la que sería su propia casa.
En otros lugares de España era la familia de la novia la que costeaba el ajuar donde iba incluido el cántaro que para sus poseedoras era un orgullo tenerlo y exhibirlo. Todo el ajuar se colocaba antes de la boda en el portal de la casa en un lugar de honor para que los vecinos desfilasen por la casa para admirarlo.
Pero el uso del cántaro en nuestras vidas debió de empezar en algún lugar de la prehistoria cuando el hombre sintió la necesidad de transportar y guardar alimentos o agua e incluso fue motivo de religiosidad. En la civilización maya, Ix Chel era una divinidad peculiar, pues tenía a la vez una vertiente malévola y otra bondadosa; era la diosa de las inundaciones y, al mismo tiempo, la protectora de las embarazadas. Era la imagen de la luna. Estaba emparejada con Itzam Ná y aparecía representada como una mujer anciana que vertía el contenido de su cántaro sobre la tierra.
El cántaro está presente en el Antiguo Testamento. Génesis 24,14-15. 14 "Que sea la joven a quien yo diga: 'Por favor, baje su cántaro para que yo beba,' y que responda: 'Beba, y también daré de beber a sus camellos,' la que Tú has designado para Tu siervo Isaac. Por ello sabré que has mostrado misericordia a mi señor." 15 Y sucedió que antes de haber terminado de hablar, Rebeca, hija de Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham, salió con el cántaro sobre su hombro.
Incluso hay una “Biblia del cántaro” publicada en 1602 por Cipriano de Valera, que fue llamada de esta manera porque en la portada tenía a un hombre con un cántaro en la mano echando agua a una plantita.
La Biblia no es el único libro en donde aparece el cántaro, podemos poner otros ejemplos muy significativos de la literatura: Lope de Vega escribió la comedia “La moza del cántaro”. Octavio Paz escribió el poema: “El cántaro roto”. Más reciente es el libro “El cántaro roto: Bailén 1808” de Andrés Cárdenas. “El cántaro roto; el terremoto en Chile; la marquesa de O” de Kleist, Heinrich Von. Incluso existe el “Cántaro Editores” fundada en 1987 especializada en libros escolares y de lectura.
El cántaro también se haya presente en el texto de “El Quijote”: "Mira, Sancho, lo que hablas; porque tantas veces va el cantarillo a la fuente..., y no te digo más”. (El Quijote, capítulo XXX, 1ª parte). Sentencia que se emplea para señalar que, cuando una mala acción se repite fiándose de la buena suerte, al final ésta se acaba y se pagan las consecuencias. “Si da el cántaro en la piedra o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro” (El Quijote, capítulo XLIII, 2ª parte). Sentencia que indica que el mal y los perjuicios siempre los recibe el más débil.
No puede faltar el cántaro en nuestro nutrido refranero popular: Tantas veces va el cántaro a la fuente, que quiebra el asa o la frente. Cántaro roto para tiesto vale. Cántaro roto, no sufre más remiendo que comprar otro. Cántaro vacío, con sólo aire hace ruido. Tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe. Las verdades de los hombres tienen que ser como piedras y los cargos que ejercen, como cántaros: pase lo que pase debe romperse el cántaro. Ni con toda hambre al arca, ni con toda sed al cántaro. Si da el cántaro en la piedra, o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro. El cántaro que está más vacío…es el que más suena. Cántaro que mucho va a la fuente, alguna vez se rompe.
El cántaro también está presente en nuestras leyendas y tradiciones. El milagro de “El cántaro de barro con aceite”, acontecido en Ricla a un devoto de la Virgen de Rodanas que durante el trayecto al mercado rompió su cántaro que contenía aceite, que iba en los serones de su borrico, derramando todo su contenido. El hombre rezo con devoción mientras seguía su camino y cual fue su sorpresa cuando llegó al mercado y el cántaro estaba intacto y lleno de su precioso líquido.
El cántaro siempre ha sido motivo de inspiración para los artistas. En ese recipiente que recuerda a una mujer con los brazos en jarras a veces su originalidad estriba en la rica decoración incisa, excisa o pintada que lleva en el cuello y en la parte superior del cuerpo, realizadas con la propia tiradera, que constituye el “festoneado” y estando en la mayoría de los casos totalmente vidriado. Una airosa tapadera remata las piezas a modo de corona, con una decoración similar al cántaro.
En pintura podemos destacar: “Si quebró el cántaro” que es un grabado de la serie Los Caprichos del pintor español Francisco de Goya. “Las mozas del cántaro” (1791-92) Cartón para tapiz de Francisco de Goya. “Mujer con cántaro” serigrafía de Pablo Picasso. “Bodegón con cortina y cántaro” lámina notada en tabla de Paúl Cezanne. “Mujer con cántaro”, óleo sobre tela de Jean Charlot (1898-1979)
En la escultura recordamos a Joseph Bernard (1866-1931) La Cantarera o Chica con el cántaro de 1912. Estatua de bronce. Alt. 175 cm.
Es séptimo arte también ha encontrado su musa en el cántaro para la comedia “La moza del cántaro” dirigida por Florian Rey en 1953
El mundo de la danza no podía estar ajena al cántaro. En Chiquitania hay una curiosa danza del cántaro de chicha, pidiendo la mejor de las cosechas. Originaria de la zona alta de Nilo se encuentra la Danza del Cántaro. Se dice que era ejecutada en una ceremonia presidida por los faraones al margen del río Nilo para pedir al río la fertilidad de la tierra y la abundancia de las cosechas. Esta danza folklórica esta realizada exclusivamente por mujeres.
Hay un vino de denominación de origen Valdepeñas “Gran Cántaro” gran reserva.
Con tanto cántaro no es de extrañar que se hayan creado diversos museos sobre este particular, pudiendo citar: Museo del Cántaro situado en el Barrio de la Estación de Berlanga de Duero, (Soria) o el Museo del Cántaro de Valoria la Buena, (Valladolid)
Cántaro suele ser elegido como topónimo de manera muy frecuente para denominar los más diferentes lugares: El Cántaro Bajo, población de Almería. El monte “Cántaro Magro”, Sierra de la Estrella, Portugal. Camping El Cántaro Español Vilanova i La Geltrú. Albergue turístico “El Cántaro” localizado en Navarrete en La Rioja. Casa rural “El Cántaro” localizada en Montefrío, provincia de Granada. Casa rural “Museo del Cántaro” localizado en Bayubas de Abajo, provincia de Soria. Yacimiento arqueológico del Cerro del Cántaro, en Benalúa de Villas, Granada. En Guatemala, como la Tierra del Cántaro es conocido San Luis Jilotepeque, ya que la elaboración de estos jarros forma la mayor parte de la producción artesanal de ese municipio, donde la población femenina los produce, tanto para comercializarlos, como para el uso en casa.
También podemos encontrar el cántaro en diversas asociaciones o fundaciones como la Fundación Cántaro Azul, de Ecuador, que es una red de nueve instituciones que participan en proyectos de bienestar que impulsan prácticas y hábitos que mejoren el estado de salud en comunidades rurales de escasos recursos.


Juan Vivancos Antón
Cronista Oficial de Cabezo de Torres.


Artículo incluido en el libro de la XXII Semana Cultural 2008 de la Peña Huertana EL CÁNTARO.

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