jueves, 18 de marzo de 2010

LA CUNA DEL CARNAVAL EN LA REGIÓN DE MURCIA.




LA CUNA DEL CARNAVAL EN LA REGIÓN DE MURCIA.

Dentro de las características propias que mejor definen a Cabezo de Torres está su Carnaval. Los orígenes de esta fiesta, declarada de Interés Turístico Regional, datan de 1.878.
Entonces el carnaval consistía en la salida a la calle de las “máscaras”. Nuestros antepasados vestidos con ropa vieja, o del sexo opuesto, paseaban individualmente o en pequeños grupos que llevaban paja y polvos de talco, con los que gastaban bromas a los vecinos y foráneos, aprovechándose del anonimato.
A principio del siglo XX D. José Sabater Ortega, más conocido en nuestro pueblo por “el Cano de la Harinilla”, en su oficio de carretero iba con frecuencia a Torrevieja para traer sal para el ganado. Allí presenció una murga y una comparsa, manifestaciones traídas por los marinos desde Brasil y Cuba. A José le llamó la atención la uniformidad de la indumentaria que lucían, así como la crítica que reflejan en la letrilla de sus coplas, en donde recogían los sucesos más relevantes del año, todo ello acompañado de tonalidades musicales fáciles y pegadizas.
José regresó a Cabezo de Torres entusiasmado con todo lo que había presenciado y lo puso en conocimiento de sus amigos más íntimos acordando componen la primera “Comparsa Musical” en el Carnaval del año 1910.
Desde 1910 hasta 1936 van creciendo los grupos participantes en el carnaval de Cabezo de Torres: Felipe “el Cura”, “los Mujeretas” y algunos más. Las comparsas aparecen y desaparecen periódicamente, manteniéndose siempre las máscaras
La Guerra Civil Española y posteriormente la dictadura del General Franco prohíbe totalmente la celebración de esta fiesta. Pese a ello suelen aparecer focos de máscaras.
En 1939, al concluir la contienda bélica, se prohíben expresamente los disfraces, siendo perseguidos por las fuerzas de la Guardia Civil. La prohibición, lejos de disuadir a los vecinos de Cabezo de Torres, les incita a seguir con esta actividad que se intensifica sobre todo en las calles General Torres y Salzillo del barrio de Los Palacios. Los jóvenes salen a la calle vestidos de máscara y cuando hace acto de presencia la Guardia Civil, los disfrazados eran escondidos en el interior de las casas de los vecinos del barrio. Al retirarse la Guardia Civil, la fiesta volvía a salir a la calle.
Durante tres o cuatro años se montan algunas comparsas, que previa autorización gubernativa, se presentaban en el Cine Sabater, pagando una entrada módica cuya recaudación iba destinada a beneficencia.
En el año 1947 los jóvenes componentes de la Banda de Música de Cabezo de Torres, con edades comprendidas entre los 14 a 18 años, y bajo la dirección de D. Vicente Herrero, vuelven a salir a la calle una comparsa musical que se denominaba “Los Enamorados Presumidos”.
Aburridos por la persecución a que fueron sometidos por las autoridades, en 1952 vuelven a extinguirse las comparsas musicales, no así las máscaras que poco a poco van cambiando los polvos de talco y los cepillos por cámaras de bicicleta con las cuales gastaban las bromas más pesadas al emplearlas para dar palos, eso sí, a conocidos y familiares al principio, a todos más tarde, excepto a las mujeres y niños, en lugares siempre apartados del cuartel de la Guardia Civil, normalmente del barrio de Los Palacios. Así hasta llegar a 1973 que llega la gran explosión del inicio del carnaval que se celebra actualmente.
Con el fin de la dictadura las comparsas vuelven a aparecer con toda su virulencia, llegando a nuestros días en donde desfilan más de 30 de estos grupos integrados por más de 2000 miembros.
Un carnaval que se ha alargado en cuanto a días de duración y actividades. En la actualidad son cuatro los días de desfile y de marcha pues trae el desfile las comparsas colocan sus vehículos con potentes equipos de megafonía frete a bares y cafeterías en donde el baile se convierte en el nexo de unión entre espectadores y participantes.
Con los años se han instaurado entre otros actos: la Cena de Convivencia de los Grupos de Carnaval, la presentación del video del Carnaval del año anterior, la presentación del Cartel Anunciador del Carnaval, la Cena de Elección de Musa del Carnaval, el Pregón de Carnaval, la Gala de Entrega de Premios del Carnaval.
A todo esto hemos de sumar los cerca de 2000 niños de todos los colegios de la localidad que efectúan el desfile infantil de carnaval el viernes anterior a los desfiles de los mayores. Muchos de estos niños vuelven a disfrazarse el domingo para participar en la concentración infantil.


Juan Vivancos Antón.
Cronista Oficial de Cabezo de Torres.



Este artículo fue publicado el 18 de febrero de 2007 en el diario La Opinión
Este artículo está incluido en el libro "Murcia palmo a palmo IV" Pag. 297-299

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